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Sandía y melón, las vitaminas del verano

 

Tanto la sandía como el melón son frutas muy refrescantes y bajas en calorías, y su sabor dulce las convierte en las favoritas del verano. Os contamos todo sobre ellas.

 

La sandía y el melón son las frutas por excelencia del verano y no sólo por ser refrescantes y ligeras, sino también por su sabor dulce que las hace insustituibles en estos días de calor. Gran contenido en agua, son hidratantes y antioxidantes y ayudan a hidratarnos, ya que perdemos mucho agua y sales minerales por el sudor. Además podemos usarlas para preparar un zumo o para dar un toque de color a una ensalada de verano.

 

Vitaminas sin calorías

Tanto la sandía como el melón son frutas muy bajas en calorías, lo que las hace muy adecuadas para la pérdida de peso, de hecho se puede comer hasta casi el doble que otras frutas, manteniendo la misma cantidad de calorías. De las dos la sandía es la que menos calorías aporta, con 20 por cada 100 gr. frente a las 52 del melón. Además, su sabor hace que sean muy útiles en las dietas, sustituyendo a otros dulces mucho más calóricos.

Como frutas que son contienen numerosas vitaminas, entre ellas los betacarótenos a los que se les atribuyen beneficios en la prevención del cáncer y enfermedades cardiacas, y que ayudan a conseguir un bronceado perfecto y duradero. La sandía es la que más betacarótenos contiene mientras que en el melón sólo se encuentran en la parte anaranjada de la pulpa. También contienen dosis de sales minerales como el potasio, el calcio, el magnesio  y ácido fólico, aunque en menor concentración que otras frutas. El color rosado de la pulpa de la sandía se debe al licopeno, también relacionado con la prevención del cáncer y gran antioxidante.

Tanto la sandía como melón una vez abiertos pierden sus propiedades, por lo que lo mejor es dejarlos en la nevera tapados con un plástico y, en el caso del melón, no retirar las pepitas del centro.

 

Aprende a elegir las mejores piezas

 

Comprar melones y sandías se puede convertir en una lotería debido a que su cáscara no cambia de color ni se ablanda al estar madura, como pasa en otras frutas. Sigue estos sencillos y podrás escoger las piezas más dulces y sabrosas.

La sandía debe tener bastante peso. Al golpearla debe emitir un sonido hueco, lo que significa que está llena de agua y, por lo tanto, madura y en su punto. El melón también debe pesar y, al apretar los extremos opuestos, deben notarse ligeramente blandos.

Además de estos consejos, tened en cuenta que la mejor época es en verano, si compras antes de tiempo seguramente obtengas un ejemplar poco maduro y soso.

 

Cinco razones para comer melón y sandía

 

Hay muchas razones para comer melón y sandía

Son laxantes y diuréticos. Limpian y depuran el organismo y están indicados para problemas de riñon y corazón.

Pobres en calorías y sodio. Por ello están aconsejados para adelgazar.

Previenen enfermedades. Gracias a sus antioxidantes pueden prevenir el envejecimiento, así como algunos tipos de cáncer.

Revitalizan y rejuvenecen. Mejoran el estado de la piel, el pelo y las uñas, y los hacen más fuertes.

Fortalecen huesos y dientes. Gracias a la vitamina A y el calcio que contienen.

 

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